Buenos días Antonio.

Mi hijo Tomás nació hace hoy cuatro días, el 14 de Febrero, y su padre y yo estamos felicísimos desde el mismo momento en que le vimos . Espero tener un ratito para relatar mi parto en el foro, pues a mí me ayudó mucho leer las experiencias de otras mujeres, ah, te adelanto que seguí prácticamente al pie de la letra tus consejos a seguir tras la semana 37 y creo que me fueron de mucha ayuda.

En fin, a lo que vamos, al tema de la lactancia materna, que me trae por la calle de la amargura.

Ante todo, mi intención siempre ha sido y sigue siendo lactar a mi hijo de forma natural y todo el tiempo que me sea posible, de aquí mis frustraciones. Me explico:

Puse a mi hijo a lactar en cuanto llegamos a la habitación, tumbaditos, con ayuda de la matrona. A lo largo del día fui viendo que uno de mis pezones lo tenía prácticamente plano, y por más que lo estimulaba, no salía. El otro no estaba formado del todo, pero no era plano, y se podía agarrar. A la mañana siguiente una matrona me sugirió que utilizara en el pezón plano una pezonera, extrayéndome previamente algo de calostro y untándolo en ella. Así lo hice, y con su ayuda, me fue más o menos bien. Mis pezoneras son de caucho natural.

Pero poco a poco mi hijo fue rechazando lactar sin pezonera en el otro pecho (el que sí estaba un poco formado) con lo cual terminé dándole los dos pechos con pezoneras, si bien siempre intento ‘engañarle’ unos minutos sin ellas, antes y después de las tomas, por si acaso consiguiera deshacerme de las pezoneras, pero me es imposible conseguirlo.

Como nació pequeñito (2900 g) el pediatra nos sugirió ya el primer día que le diéramos 30cl de bibe (Almirón 1) por la noche, pero no lo hicimos, esperamos a la noche siguiente (la del segundo día), y muy a mi pesar se la dimos. Al tercer día el pediatra nos dijo que había perdido 260g (pesaba 2640g.), y dijo que era una pérdida considerable, y tanto él como mi ginecóloga me sugirieron que le diera bibe (30 o 60 cl) después de cada toma de mi leche, hasta que se quedara saciado. Eso sí, siempre después de que lactara de mí.

Pues bien, desde que estoy en casa mi hijo se pasa casi todo el tiempo enganchado a mi pecho, porque yo me empeño en que lacte de mí todo el tiempo que sea posible, pero o se queda durmiendo, o llora desesperadamente mucho rato, y desde ayer me parece que incluso está rechazando las pezoneras, ya que el bibe le resulta mucho más fácil (eso creo yo). No le doy bibe detrás de cada toma (aunque mi marido insiste en que lo haga), pero sí unos 3 al día, de 60 cl, y se los acaba por completo después de tenerle yo mínimo una hora enganchado al pecho.

Además, al principio mamaba con la técnica ‘correcta’ (abarcando pezón y aureola y con los labios hacia fuera), pero ahora no lo consigo, y de verdad que no será por empeño.

En resumidas cuentas, y perdona mi extensión, yo hago todo lo posible, o eso creo, porque mi hijo lacte de mi pecho, pues sigo teniendo la firme intención de darle lactancia materna, pero creo que cada vez lo rechaza más, y estoy desesperada. Esta mañana voy a comprar el sacaleches Avent a ver si puedo extraerme leche, pues tengo los pechos duros, y quizás así estimule que se produzca más leche. En fin, no sé qué hacer.

Espero que me puedas ayudar, eres el primero a quien he recurrido porque tus apuntes para mí son una referencia desde el primer día, y te estoy muy agradecida. En cuanto vayamos al pediatra y vaya yo a mi gine les preguntaré también, pero para eso faltan unos días y temo que sea un tiempo precioso.

Muchas gracias de antemano .

Helia.