Buenos días Rosa.
Me parece esplendida la ilusión con la que está viviendo tu pareja su paternidad y su deseo de ejercer de padre. Por fin parece que nuestro paraguas cultural ha sido definitivamente modificado y los hombres hemos aprendido a vivir la paternidad no solo desde un punto de vista operativo y funcional, sino también desde la emotividad.
Respecto a la cuestión que planteas me hago cargo del planteamiento de tu pareja y entiendo que pueda facilitarte el descanso, pero a no ser que surja algún contratiempo que nos derive hacia una lactancia mixta, en principio, lo ideal sería que dieras lactancia materna exclusiva (por supuesto con todo el respeto a vuestra decisión última). Con una lactancia mixta incrementamos la posibilidad de estreñimiento y gases en el lactante, incrementamos los riesgos de intolerancias, y además siempre pueden surgir problemas en la implantación y coordinación de ambas estrategias. La lactancia mixta es una vía estupenda cuando no es posible la lactancia materna exclusiva.
El padre tiene muchas vías para ver satisfechos sus deseos de participación y establecer lazos afectivos, pero el vínculo denominado apego solo se establece con una persona y la naturaleza ha dotado a la mujer para que sea ella la receptora del mismo.
Atentamente