Hola a tod@s. Después de leer el parto tan malo por el que tuvieron que pasar Aida y Sergio, quisiera dejar constancia del mío para que aquellos que estais a punto de pasar por tan maravillosa experiencia, no penseis que siempre es igual de horrible.
Yo, hace 12 dias que di a luz a Alejandro en la clínica Medimar. Fue un parto inducido, ya que me estaba quedando sin líquido amniótico. Ingresé, y a las 12 del medio día, con dilatación 0, me pusieron el monitor y el gotero con la oxitocina. Pasé tres horas y media dilatando, y entonces me bajaron a ponerme la epidural. Eran las 16:00 me pusieron la epidural y una vía (la que tenía se había obstruído) y le pregunté a la matrona, sólo por hacerme una idea de lo que aun iba a tardar la cosa, pero genial porque ya no sentía ningún dolor "¿Cuanto voy a tardar aun en dar a luz?" y me contestó :"Bueno, son las 16:15, para las 16:30 ya has parido".
No me lo podía creer, pero así fue, tras decirme eso, me pusieron en el potro y me dijo "empuja", empujé con todas mis fuerzas, tal y como nos había enseñado Antonio a hacer, cuando ya me habia puesto azul, respiré, me dijeron que cuando viniera la siguiente contracción, que empujara tan bien como lo había hecho antes; ya eran dos empujones, hice un tercero igual de intenso que los anteriores, y cuando estaba en el cuarto empujón, me dijeron que parara y que alargara los brazos: yo misma terminé de sacar a mi hijo. Fue la experiencia más maravillosa que he experimentado hasta el momento; eran las 16:28. Mientras me cosían 4 puntos, arreglaron a mi hijo, me lo entregaron y nos subieron a la habitación donde nos esperaba gran parte de la familia deseando conocer a Alejandro.
Os cuento todo esto para que las que estais a punto de dar a luz, no os dejeis influenciar por las malas experiencias, ya que por suerte, no siempre es tan horrible como el parto de Aida y Sergio. Y no se trata de privada o pública, ya que no todos los casos de la pública son malos, yo creo que más bien se trata de los profesionales que nos atienden; en mi caso, he tenido mucha suerte y recuerdo este 7 de febrero como el día más bonito de toda mi vida.
Y si me permitís un consejo, poneros la epidural, al ponérmela pude disfrutar en todo momento del nacimiento de mi hijo, con los 5 sentidos, ya que me encontraba genial al no sentir dolor, pero pude sentir cómo nacía.
Lo dicho, una experiencia única.