Hola, Antonio:
Lo primero presentarte a mi retoño. Fernando se llama. Ahora tiene 19 días. Pesó 4.620 kg al nacer, por supuesto, por cesárea, en la semana 38. Fue programada, y al ser yo diabética (y creo también que un poco al descontrol de mi ginecóloga), el bebé ha nacido así de hermoso. Pero la verdad es que ha ido todo superbien, y da gusto verlo.
Le estamos dando lactancia artificial. No hemos podido elegir. Como consecuencia del embarazo he tenido problemas en una retina y me han tenido que operar, usando un medicamento del que no nos podían garantizar la inocuidad para el niño. Solución: lactancia artificial. De momento nos va muy bien, pero tengo un par de dudas que me gustaría consultarte. Allá voy:
1. Le estamos intentando dar agua a media mañana y media tarde entre tomas. No le hace mucha gracia, pero le obligamos a tomar aunque sea un poco. ¿Conviene obligarlo aunque no la quiera?
2. La leche que le damos es Nutriben AE. Al principio iba un poco estreñido. Ahora va muy bien. Hace caca por lo menos una vez al día, de forma abundante, y vemos que no lo pasa muy mal intentándolo, al contrario que al principio, que se desesperaba y lloraba de las molestias que le producía. Pero, al usar este tipo de leche, ¿estamos creando un estreñido crónico?
3. Nuestra tercera duda es sobre la cantidad a darle. Ahora mismo le estamos dando 90 ml, cada tres horas (a no ser que lo pida antes, pero no dejando que pasen más de tres y media). El caso es que según el fabricante, esta dosis debería ser hasta las ocho semanas, y francamente, nos parece una barbaridad. De hecho, ya observamos que si le ofreciéramos un poco más, se la tomaría. La pregunta es, ¿debemos marcar una pauta con nuestro pediatra, o le debemos dar la que le apetezca?
4. A veces regurgita. ¿Se debe a que, aunque nos pida cierta cantidad de leche, el cuerpo elimina parte que no le hace falta?
Bueno, de momento, hasta ahí nuestras dudas. Observamos que existen multitud de criterios profesionales con respecto a la alimentación de los bebés, y hablo de criterios de médicos, pediatras... profesionales de la salud. Lo que para uno es bueno, para otro no, e incluso nos han llegado a decir dos cosas distintas nuestro pediatra y su enfermera, estando los dos en la misma habitación. Eso ya por no hablar de los criterios no profesionales, pero bueno, esos nos dan igual.
Para terminar, darte las gracias por toda la información que nos has aportado. Créeme que es un faro en este mar oscuro y tormentoso que es la paternidad, si se me permite la metáfora.
Muchas gracias por todo.