Intrusismo en los curso de preparación para el parto

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Editado por Antonio Penalva Lozano, domingo, 1 de mayo de 2016, 19:13

Intrusismo en la preparación parra el parto

Hoy he decidido hablaros sobre el intrusismo que está sufriendo mi profesión, la llamada matronería, y en concreto en el área de la preparación al parto. Sé que es un tema polémico, que posiblemente va a despertar debates, pero que no puedo dejar de denunciar por dos motivos, léase:

1.-Por solidaridad con mi colectivo, sobre todo con las matronas y matrones mas jóvenes, con los que siento una obligación moral pues colaboro en su formación. Formación, por otro lado durísima, muy exigente, os lo puedo asegurar. Formación que obliga en muchos casos a renunciar a una vida familiar normalizada, a aparcar temporalmente cualquier otra necesidad, ambición, capricho o prioridad, pues obliga a ocupar el cien por cien del tiempo. Jóvenes que una vez concluida su exigente formación, ven frustrada su legítima ambición de encontrar un puesto de trabajo acorde a sus estudios dado que el paro también se ha asentado en este noble oficio.

Apenas he empezado a escribir y seguro que los malpensados ya creen que tengo otros intereses, menos nobles y más personales, para escribir sobre el intrusismo profesional. Si es el caso os equivocáis. A estas alturas de mi vida, desde el punto de vista laboral, me siento seguro. Sé que es un autentico lujo y privilegio poder realizar esta afirmación con los vientos que corren en nuestro país, pero no por ello deja de ser la realidad que siento. No es una preocupación personal, es una deuda con mi profesión, la profesión que tantas satisfacciones me ha dado y que espero que me las siga dando durante mucho tiempo más.

2.-Solidaridad con mi sociedad. No puedo dejar de denunciar, aunque sea desde un medio tan humilde como este, que se está dando un fraude social en el que caen muchas familias cuando confían su preparación al parto en otro tipo de profesionales (por ejemplo: fisioterapeutas o psicólogos), e incluso lo que todavía es peor,  en pseudo-profesionales como son  las doulas, profesores/as de yoga, etc.

Entiendo perfectamente que en tiempos de crisis es necesario agudizar el ingenio, tener iniciativa, explorar nuevas vías. Pero también entiendo que esas nuevas vías no se pueden salir de las normas que se ha marcado nuestra sociedad para su correcta estructuración y funcionamiento. La cuestión es clara, si alguien desea dedicarse a formar, informar, aconsejar, orientar, en definitiva, a preparar y acompañar a la gestante y su pareja de cara a afrontar sus procesos reproductivos y cuidar de su bebé, que estudie enfermería, pase por el duro corte del EIR (Enfermero Interno Residente) y que supere con éxito la formación especializada. No se puede pretender realizar esas actividades llegando por la puerta falsa. Además de la irresponsabilidad, se estaría incurriendo en un fraude social al atribuirse competencias para las que no se está cualificado.

La preparación para el parto  es una actividad de gran responsabilidad en la que se deben de aportar las bases para el correcto cuidado de la salud de la gestante, el parto, postparto y el bebé. Por supuesto, desde el más profundo respeto a la idiosincrasia y filosofía de cada familia, pero al tiempo, con el máximo rigor científico.

Claro que otros profesionales tienen áreas de intersección en esta actividad. Por ejemplo, los fisioterapeutas están perfectamente cualificados para guiar la actividad física en el pre y en el postparto y deben de tener un papel central en la rehabilitación del suelo pélvico tras el parto. Pero en cualquier modo, todo ello es totalmente insuficiente para desarrollar un curso de preparación al parto de un modo integral. No tienen ni la titulación, ni la formación suficiente para afrontarlo. ¿Puede desarrollar un curso de preparación al parto alguien que no sabe como huele una placenta?, que no ha sufrido y nunca sufrirá el "espalmo de sus coronarias" cuando un feto hace una bradicardia y no remonta, que nunca incluyó en su programa formativo un estudio profundo de la lactancia natural, etc,etc. Pues bien, os aseguro que existen temerarios/as que se lanzan a esa aventura. Como ejemplo de lo que digo os contare brevemente un caso que viví en primera persona:  recuerdo una fisioterapeuta embarazada que se matriculo en uno de los cursos de preparación al parto que desarrollo, durante el curso la vi tomar apuntes de modo desmedido, yo diría compulsivo, tomaba nota hasta de las pequeñas anécdotas que podía narrar, pues bien, poco tiempo después esta fisioterapeuta monto su propio curso. Para colmo de la desfachatez lo anunciaba en su blog (y lo sigue anunciando) como "Información actualizada y práctica". En fin, sin comentarios.

Con todo el cariño hacia los fisioterapeutas, creo que disponéis de un campo tremendamente amplio, rico, además de precioso e interesante y, lo que es más importante, imprescindible e insustituible para el bienestar de nuestra sociedad. Pero por favor, "zapatero a tus zapatos". Podremos enriquecernos mutuamente como colectivos, es nuestra obligación unir nuestros esfuerzos y conocimientos en pro de nuestros clientes, pero precisamente por ello, debemos de saber donde están los limites de cada profesión.

En cuanto a las doulas, creo que sobran las palabras. Son  pseudo-profesionales ya que no existe, en nuestro país, ninguna titulación oficial que las avale y carecen de programas formativos reglados. Su formación consiste en un cursillo (a veces de tres días de duración) y con ello se sienten cualificadas para realizar cursos de preparación al parto. En ocasiones enmascaran el nombre del curso con términos como "Curso de preparación para la maternidad" o  similares, en un intento de evitar responsabilidades legales. Por supuesto, carecen de un colegio profesional que las avale y que proteja al consumidor de hipotéticas practicas profesionales no adecuadas o temerarias.

En muchas ocasiones se nos dice a los matrones, como colectivo, que tenemos que saber trabajar en equipo, que siempre es mejor sumar, que el ser humano es poliédrico y requiere de una asistencia integral. Faltaría más, por supuesto que sí, pero lógicamente  trabajamos en equipo con todo aquel profesional que pueda aportar beneficios a la gestante, pareja y familia (fisioterapeutas, pediatras, obstetras, psicólogos, etc), y no podemos trabajar con aquellos/as intrusos, no cualificados, que pretendan entrar en un terreno para el que carecen de formación y titulación adecuada. Es simplemente una cuestión de responsabilidad.

En resumen, el único profesional cualificado, reconocido e insustituible para realizar un curso de preparación al parto es el Especialista en Enfermería Obstétrico-ginecológica (matrón/a), (no es que yo lo desee así, es que nuestra normativa así lo estipula: Directiva 80/155/CEE). Lógicamente, sin defecto de que este profesional, a su vez, pueda verse apoyado en áreas especificas por otros profesionales. Pero no perdamos el norte, apoyados que nunca sustituidos y, en todo caso, por profesionales, nunca por pseudo-profesionales.

Animo desde estas líneas a nuestros Colegios Profesionales para que persigan sin tregua el intrusismo, creo que no es necesario que recuerde que es una de las funciones que les ha otorgado nuestra sociedad. Al tiempo, también animo a mi colectivo y a toda la sociedad para que denuncien ante el Colegio Profesional de Enfermería de la provincia oportuna, cualquier caso que puedan detectar.

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