En primer lugar, gracias Antonio, Maria Luisa y Paula por vuestros comentarios, ánimos y experiencias. Me han servido para reflexionar...
Estoy mejor, aunque no "curada" del todo. Estoy haciendo un gran esfuerzo personal para que esto se pase pronto.
Se que el problema lo tengo yo, no es que me sobrepase estar con la niña, ni mucho menos, soy feliz con ella... Después de reflexionar creo que el problema que he tenido y tengo es que dos semanas antes de tener a Itziar empezaron a romperse todos los esquemas que había ido construyendo durante los 9 meses de embarazo. Mi niña dejó de coger peso, venía deflexionada y era cesárea. Fue estresante la incertidumbre porque, para eso, no me había preparado (un poco cuadriculada, lo se. No suelo ser así, por lo que el estrés aumentaba).
Además pensaba que con las personas que iba a tener "problemas" resultaron ser las más respetuosas y las que más apoyaron nuestras decisiones. Esto hizo que tampoco estuviera preparada para las reacciones de los que yo pensaba que iban a actuar mejor y lo hicieron peor (para mi modo de ver). Más estrés.
Si a todo esto se le añade que tenia un dolor de cabeza de miedo y no podía dormir por todo lo que me rondaba por la cabeza...pues fue horroroso!
Pensaba que en llegar a casa, a la rutina de toda esta gente la cosa iba a mejorar, pues no! La casa era un continuo venir de gente, cuando intentábamos descansar, más gente (somos muchos de familia jjjjj) y, claro, seguían los consejos...
Me iba a pasear y al volver había gente esperando en la puerta de mi casa, uf! Qué pesa, come, llora, duerme, la llevas muy destapada, que no le de el sol, no le has puesto los pendientes, los calcetines, ponle una faja que el ombligo se le va a quedar para fuera????????????????? Preguntas y más preguntas todos los días igual.
De todo esto lo que más me dolía es que yo era incapaz de decir basta, seguía llenando la mochila de rabia.
Sé que la familia es muy importante y que la niña debe interactuar con todos, con sus virtudes y defectos. Se algo sobre niños (trabajo con ellos todos los días) por eso la cabeza me decía una cosa y el corazón otra. Simplemente era un conflicto personal que tenía que superar (y tengo) para poder vivir tranquila y disfrutar de este momento. Sigo trabajando en ello...seguro que pronto conseguiremos la normalidad y nos acordaremos de estos momentos como una anécdota.
Lo positivo de todo esto es que he aprendido a no opinar a la ligera, ni aconsejar excesivamente a nadie. Creo que cada uno tenemos una forma de actuar, mejor o peor, pero respetable. Los mayores nos ofrecen la experiencia, pero es su experiencia, nosotros lo podemos hacer diferente y no por ello ser peor. Los profesionales me dan más confianza en temas relacionados con los cuidados de los niños. Cierto es que una cosa es la teoría y otra la práctica (que me lo digan a mi) pero solo hay que buscar el equilibrio entre una cosa y la otra, eso requiere un tiempo. Ahí es donde me encuentro...
Gracias y mil gracias!